martes, 13 de octubre de 2009

Estados alterados de conciencia.

¿Sabe usted donde esta?, ¿Sabe que expresión tiene su rostro?, ¿Tiene idea de la posición de su cuerpo, de lo que esta haciendo en el lugar donde esta, porque?. ¿Sabe quien es usted?.

Saber cualquiera de estas cosas es lo que constituye la conciencia. La conciencia es una función de la mente y del espíritu que nos permite ubicar nuestra realidad: quienes somos, que hacemos, donde estamos.

Lastimosamente la conciencia no es algo definido. Diferentes personas son concientes en diferentes grados. Mucha gente no es conciente por ejemplo de lo que esta dando a entender con sus gestos o ademanes, mucha gente no tiene una idea clara de quien o que, es o que se supone que esta haciendo. Esto en idioma alemán se designa con la palabra “Allbewusstsein” que es una conciencia vaga y difusa de la realidad. Es el estado en que vivimos casi constantemente, excepto en momentos claves, por lo común durante las crisis más graves, cuando todos nuestros recuerdos y conocimientos se nos hacen presentes todos al mismo tiempo tornándonos como mágicamente consientes de todo lo que es, fue y será. Pero nuestra conciencia, lo que creemos del mundo, depende de nuestros sentidos. Por ejemplo: todo lo que nos rodea esta coloreado de varios matices de tonalidades infrarrojas y ultravioletas, son diversos colores, pero no somos concientes de ellos porque nuestros ojos no los pueden ver, lo que es ultravioleta lo vemos violeta y lo que es infrarrojo lo vemos rojo. Otros animales si pueden ver estos colores y usan esta capacidad para reconocer alimentos y enemigos. Tampoco podemos oír sonidos de muy alta frecuencia por lo que los silbatos para perros no tienen ningún sonido para nosotros, escapan a nuestra conciencia. Esto llega a extremos tan fantásticos como que los físicos hayan afirmado que el universo en realidad tiene cuatro dimensiones espaciales (alto, largo, ancho y una más) pero como no tenemos sentidos ni órganos que se extiendan en la cuarta dimensión, esta nos resulta no solo fuera de nuestra conciencia sino imposible de imaginar si no es por analogías.

Lo interesante de que nuestra conciencia dependa de los sentidos es que eso significa que se la puede perfectamente engañar. Es lo que han hecho magos y prestidigitadores desde la más remota antigüedad y hacen ahora los cineastas (entre otros).
Pero es importante notar que no se puede engañar a la conciencia solo desde afuera, sino también desde adentro. Las condiciones de nuestro cuerpo (sobre todo de nuestro cerebro) modifican la forma en que percibimos las cosas. La película “Matrix” no esta lejos de la fantasía. Como todos nuestros sentidos no hacen sino codificar señales que reciben y convertir estas señales en impulsos eléctricos, bastaría con saber que impulsos eléctricos enviar al cerebro para hacer que se vea, oiga, huela o sienta cualquier cosa que el manipulador de esas señales eléctricas desee. La realidad entera es perfectamente manipulable, porque la única realidad que tenemos es la muy íntimamente propia y esta se puede alterar con impulsos eléctricos, radiaciones electromagnéticas, drogas, hipnosis, aislamiento sensorial, trances religiosos y mensajes subliminales en los temas de Heavy Metal.

Nuestra conciencia es muy variable, en consecuencia nuestra realidad. No obstante, se habla de “estados alterados de conciencia” para aquellas situaciones caracterizadas que hacen definitivamente que la conciencia que tenemos del universo no se corresponda con la que tiene la mayoría de la gente.

Aquí nombraremos algunos de estos estados alterados: La privación sensorial, los alucinógenos, las experiencias cercanas a la muerte y las alteraciones del lóbulo temporal del cerebro. Empezaremos por hacer notar como nuestro cerebro es una extraordinaria máquina para captar información y “digerirla”. Normalmente la información que el cerebro capta es colectada a través de los sentidos. Se huele, se ve, se oye, se gusta, se siente la temperatura. No obstante, la necesidad constante por procesar información hace que el cerebro ante la falta de estímulos tradicionales busque otros. Es conocido el caso de los ciegos que desarrollan extraordinariamente el olfato y el oído. Pero, ¿Qué pasa si faltan todos los sentidos?, ¿Qué será del cerebro humano vivo pero carente de visión, de ruido, de sensación táctil, de aromas, de sabores?.

La respuesta la tuvieron quienes décadas pasadas experimentaron con las cámaras de aislamiento sensorial.
Estas cámaras estuvieron muy de moda como método de relajación y encuentro con uno mismo en los setenta del siglo pasado. Eran unas recamaras herméticas, totalmente oscuras parecidas a un ataúd. Adentro imperaba una temperatura idéntica a la corporal y estaba llena de agua salada hasta su mitad. La persona se sumergía desnuda en estas cámaras y la misma era cerrada, dejando al “paciente” sin poder ver u oír nada, sin percibir olores, sabores, temperatura o siquiera peso, pues el agua salada evitaba que la persona se hunda.

¿Qué pasaba entonces? La persona empezaba (tras varias horas de estar así aislada de todo estímuklo externo) a ver luces. Pequeñas, simples primero, y cada vez más grandes variadas y complejas. Con esto se empezaba a oir primero música simple, luego elaboradas melodías en las que podían llegar a intervenir varios instrumentos y hasta voces humanas. Lentamente, pero en todos los casos, se iban dando alucinaciones. La persona olvidaba estar encerrada y empezaba a manejarse en un mundo totalmente manejado por su información y evidentemente construido en base a sus experiencias y actitudes. Llegado cierto punto se imaginaba personajes (existentes o no) con los cuales entablaba relación, ya sea conversando o compartiendo alguna aventura. Ya en 1931 (mucho antes que se pusiera de moda) el Dr. Hughlings Jackson propuso la teoría que cuando el cerebro no encuentra información externa para procesar, se vuelca con desesperación hacia el interior, trasformando las sensaciones corporales y las emociones internas en figuras y sonidos. Cuando se estudiaron los efectos de drogas como el LSD esto pareció factible ya que usualmente quien se droga con LSD puede escuchar un sonido pero “verlo” también con los ojos, puede darle forma a los olores o sentir el peso de las cosas en la distancia. La teoría del Dr. Jackson iba aún más allá y afirmaba que esto en realidad esta sucediendo constantemente en el cerebro, que la mente siempre esta combinando al azar datos distintos para ver si así llega a nuevos descubrimientos, que en esto consiste el sueño y que estamos todo el tiempo soñando, solo que no nos damos cuenta hasta que caemos en la inconciencia o se suspende el bombardeo con información proveniente del mundo externo. (Esto fue más tarde confirmado por el psicólogo Donald Hebb quien realizó experimentos de más de 24 horas de duración con estudiantes voluntarios. La conclusión fue que efectivamente estamos constantemente soñando, aunque no lo notemos).

Otro investigador, Ronald K. Siegel, propuso un complemento a esta teoría al proponer que “Cuando la luz de afuera cesa es la luz del interior la que alumbra, permitiendo ver moverse duendes que de otra manera nunca hubiéramos notado”.
Otras consecuencias de las cámaras de aislamiento sensorial fueron descubiertas años mas tarde y publicadas por el Dr. Denise Winn en un informe titulado “The manipulated Mind”, en él se demostraba que la sugestibilidad de las personas sometidas a este aislamiento aumentaba inmensamente, sobre todo si habían pasado más de 48 horas así privadas de sensaciones externas. La explicación que se animó a imaginar el Dr. Winn, fue que normalmente la psicología pone un filtro para que la conciencia no se percate de todo lo que pasa, ni exterior ni interiormente. Al encontrarse el cerebro en una situación en la que no había ya nada que filtrar del mundo exterior pues nada provenía de él, simplemente desconecto estas vallas de seguridad para lo que viniese de afuera, por lo que para la psique así afectada cualquier “sugerencia” proveniente del exterior pasaba a ser identificada como un deseo propio y en consecuencia llevado a cabo. Esto último resulto de sumo interés para las agencias gubernamentales de inteligencia. En otro libro “Inside the black room”, el Prof. Jack Vernon hace notar otra particularidad adquirida por la gente tratada en cámaras de aislamiento: la de controlar mucho mejor sus impulsos e instintos que las personas que jamás habían tenido semejante experiencia. El Prof Vernon teorizó que al no tener más que el interior de si mismos como mundo en el cual moverse, aquellas personas habían aprendido a manejarlo con mucha más destreza que quienes tienen que repartirse entre el mundo conciente y el inconciente.

Otra forma de alterar la conciencia la constituyen las sustancias alucinógenas.
Uno de los primeros en investigar las consecuencias de ciertas drogas en la mente humana fue Ronald K. Siegel, quien llego a la simple conclusión de que el acido lisérgico, los opiodes y otras sustancias, simplemente eliminaban la entrada de información del mundo exterior, la disminuían o alteraban radicalmente, haciendo a la psique presa fácil de los ataques de su mundo subconsciente y (como hemos visto) constantemente inquieto. Un colega de él, Brian Van Der Horst vio que las alucinaciones por drogas se iban dando dentro de un patrón, a saber, primero se veían figuras geométricas que lentamente parecen vibrar y empezar a pulsar, a los minutos empiezan a aparecer remolinos, espirales y túneles que parecen querer llevar a algún lado. Los colores e hacen muy vívidos y se empiezan a mezclar entre si, siempre empiezan por el amarillo, el rojo o el naranja y luego se tornan en infinitos. Se forman imágenes que danzan en torno al paciente, las cuales súbita o paulatinamente empiezan a adquirir formas definidas y llegan inclusive a entablar relaciones de distinto tipo con el afectado. La seguridad de hallarse en túnelos o grandes habitaciones es constante llegado cierto grado de profundidad en la alucinación.

Como curiosidad diremos que esto ya esta citado en un libro taoista chino de miles de años de antigüedad, donde se aclara inclusive que las luces provenientes de seres humanos tienen brillantes reflejos mientras que las de los “seres libres del fuego” se ven huecas, dándonos la pauta de que en ese estado de conciencia se podían percibir otros seres además de los humanos. También las experiencias cercanas a la muerte (NDE, near death experiences) son un estado en que la conciencia se ve radicalmente alterada. Testimonios de miles de testigos que estuvieron al borde de la muerte o clínicamente fallecidos por unos minutos, coinciden mayormente en los siguientes puntos:

1) Ven una luz brillante.
2) Se escucha música suave.

3) Se sienten flotar.
4) Sienten que un túnel o caverna muy oscura los traga.

5) Encuentran un borde, una frontera, un portón o un límite físico de algún tipo.

6) Encuentran un “Ser de luz”.
7) Comunicación telepática con quienes le rodean.

8) La visión detallada y analizada pero a velocidad increíble, de su completa vida.
9) Sienten que están en una especie de “examen”.

10) Se le da un mensaje de contenido moral.

11) El testigo vuelve a su cuerpo.

12) Como reacciona el testigo ante su experiencia varía enormemente de persona en persona.

Muchas personas también sienten que su cuerpo se parte en pedazos, lo cual es interesante porque esta sensación también es tenida por los chamanes en sus ritos con hongos alucinógenos y por muchas personas que reportan haber sido raptadas por seres extraterrestres.

Sobre las visiones de luces, túneles y remolinos, ya el Dr. Siegel las había identificado como un resultado de una especie de “tormenta eléctrica” que sacude al cerebro humano bajo ciertas condiciones y que se ve reflejada en los sentidos. Bajo ciertas tensiones este caótico comportamiento de las corrientes eléctricas del cerebro puede conducir a que la persona vea, escuche, huela o sienta cosas diversas que si bien uniformes por los arquetipos que todos los seres humanos compartimos, variaran enormemente en sus detalles de acuerdo a las condiciones culturales del individuo.
La teoría más ortodoxa señala que ante la falta de oxígeno el cerebro experimenta una de esas tormentas, por lo que no es de extrañar que se tengan visiones si la muerte está cercana. Los escépticos en la vida en el más allá citan como prueba que los pilotos de aviones ultrasónicos a gran altura experimentan visiones idénticas en los momentos que las maniobras de su avión evitan que el oxígeno les llegue al cerebro.

Alteraciones del lóbulo temporal.


Michael Persinger es el nombre de quien desde los sesenta condujo una investigación patrocinada por la CIA para estudiar la forma de volver mas sugestionables a los seres humanos. El objetivo final era convencer al enemigo en una guerra de que huya sin presentar pelea, a fin de evitar en lo posible las muertes.
Cuando empezó la investigación ya tenía datos de otras anteriores que demostraban la extraordinaria sensibilidad del cerebro a los campos magnéticos sin que nadie concientemente lo note, excepto tal vez, porque la imaginación del afectado se ve poderosamente incrementada. Empezaron haciendo experimentos en humanos con flashes de luz y luego emisiones intermitentes de ondas electromagnéticas. Al principio no lograron que la gente sea más fácilmente sugestionable, pero si lograron conseguir que tengan mucha mayor imaginación, específicamente, toda forma de imaginación relacionada con el lóbulo temporal del cerebro, esto implicaba entre otras cosas: la sensación de flotar, el movimiento muy rápido y sensaciones visuales extraordinariamente complejas. Persinger pronto llegó a la conclusión de que las experiencias de cercanía a la muerte, tenían profunda relación con el lóbulo temporal del cerebro, pues obtuvo idénticas visiones con leves estimulaciones eléctricas sobre este sector. Estas visiones incluyeron percepción desde fuera del cuerpo, la sensación de flotar, ser atraído hacia una luz, oír música, sensaciones de profunda trascendencia y significancia.

También descubrió que había una clara relación entre el perfil psicológico de la persona y su capacidad para tener visiones. Los individuos con tendencia a la epilepsia eran quienes más fácilmente vivían este tipo de experiencia bajo los estímulos adecuados. Un factor cultural pareció ser la falta de rigidez religiosa, pues también se dio con mayor facilidad el fenómeno en quienes a pesar de tener ideas religiosas no eran ortodoxos practicantes de sus creencias.


Arnold Mandell de la Universidad de San Diego, ha localizado en el sistema límbico un área que denominó “Circuito Septohipocampico Amidgaloide” y que muestra respuestas inmediatas a la privación sensorial y a ciertas drogas (alucinógenas). Esta región en el cerebro provoca en el individuo una sensación de profundidad o un estado de terror irracional.
Lo que ha resultado evidente es la relación entre el desarrollo que alcanza el lóbulo temporal y la capacidad y gusto por la imaginación en las personas. Un estudio realizado por Persinger entre fanáticos de la Ciencia – Ficción, la fantasía y otros géneros que apelan mucho a la imaginación, demostró que sus seguidores en general tenían un desarrollo del lóbulo temporal mayor que el común de la gente. Finalmente, se determino que durante las visiones provocadas ya sea por aislamiento sensorial, drogas o exposición a electricidad o descargas electromagnéticas, el área media del cortex central emite ondas sincronas lentas denominadas “estado de descanso alfa”, que coinciden con el tipo de onda que emite el cerebro de los místicos como espiritistas en estado de trance o yoghis en sus momentos de meditación.

Para concluir mencionaremos que ha sido verificada la mayor probabilidad de registrarse fenómenos de percepción extrasensorial (Telepatía, precognición) durante los estados de conciencia alterados que hemos nombrado pero que la experiencia de prolongarse por un plazo de tiempo largo, termina dañando el cerebro de la persona (es fácil verificar eso en los drogadictos). Es que debemos considerar que si bien bajo ciertos estímulos es más que probable que la mente humana adquiera capacidades descomunales que le lleven inclusive a percibir más allá de sus sentidos, es también indudable que no fue fisiológicamente diseñado para tolerar dichos estados por periodos prolongados, siendo estos solo una excepción cuyo manejo puede hasta resultar peligroso.

5 comentarios:

  1. Respecto a las cámaras de aislamiento, vale recordar esa muy interesante novela de Paddy Chayefsky llamada "Estados alterados" (Altered States).
    También está la película, del director inglés Ken Russell, con Wiliam Hurt (y anda por ahí la bonita Drew Barrimore), pero es mejor la novela :-)

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  2. Un tipo que hizo un buen trabajo de reflexión es don Aldous Huxley, ese de "el mundo feliz". Interesantes respecto del tema "las puertas de la percepción" (librito del que tomaron su nombre The Doors), y en la novela "La Isla", en donde describe su utopía (que, por supuesto, es fracasada por las naciones externas "por negocios") y donde se usa la experiencia para aproximarse a la vivencia de Dios...

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  3. Después de 15 años acompañando a las personas a dejar este mundo, creo que lo que jamás se debe hacer es establecer, ni por aproximación, una teoría general. cada persona es diferente, ella, su enfermedad, su modo de vivirla: sus circunstancias, en definitiva; y excepto aquello que fisiológicamente es impepinable, lo demás es único y cada uno reclama y demanda cosas diferentes que los seres que están alrededor deben ser capaces de captar, tanto seres queridos como personal sanitario, especialmente enfermeros, pues son quienes más cerca están.
    Por supuesto, en esto también entra el considerar que teniendo ciertas actitudes ante la vida uno mejora o se salva. Los luchadores mueren cuando les toca. Lo importante es entender el proceso de la enfermedad que a cada uno le toca vivir, aceptar cómo es la familia y qué hacen los amigos y encontrar el modo de tener la calidad de vida más aceptable hasta que llegue la muerte.
    Encarna

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  4. Yo estudié muchísimo sobre mi enfermedad y sobre el cancer en general y si bien superficialmente se ve claro, al profundizar te das cuenta que desde hace años la investigación sobre el cancer no ha avanzado nada, que cada cinco años se vuelven a descubrir con muchisima prensa las mismas cosas descubiertas varias veces en el pasado, que la tasa de supervivientes del cancer en la población no han aumentado ni siquiera un poco, al contrario, aún aumentado porque cada vez más gente se muere de cancer. La efectividad de los tratamientos no llega al 5% y estadisticamente hay tratamientos como la quimioterapia y la cirujia que han demostrado la aceleración del proceso de deceso. Aceptar la enfermedad como nos la pinta el estamento medico es autosugestionarnos que vamos a morir en forma indefectible, que es de hecho el emnsaje que todos quieren que creas. Lo que yo he visto es sobrevivir a gente que era medicamente imposible que siguiera con vida. A mi mismo me visitaban ordas de estudiantes de medicina porque nadie entendía como seguia vivo casi sin globulos rojos en el cuerpo, con metástasis en el pancreas, los riñones, el higado y la piel, con imposibilidad de digerir alimentos, y una falta de enrgia que hacía que no pudiera ni alzar un brazo. A pesar de la ciencia sobrevivi y creo que lo hice en gran parte porque me negaba a escuchar las explicaciones médicas de lo mal que estaba.

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  5. ¿ En forma natural ,los estados de conciencia pueden expandir la capacidad perceptiva de nuestros sentidos ?
    la conciencia "racional ,esta limitada;
    por lo tanto ,los sentidos tambien.
    ¿Que inhibe al cuerpo humano expresar sus potencialidades

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