miércoles, 24 de junio de 2009

MISTERIOS AROUELOGICOS DEL PARAGUAY

Una popular máxima local establece que "Paraguay es la tumba de todas las teorías", lo cual lastimosamente ningún esfuerzo investigativo serio ha tratado de comprobar en cuanto a historia antigua y antropología se refiere.

En el país existen varias localidades que cuentan con ruinas de construcciones precoloniales y los rasgos de la tradición indígena que nos ha llegado establecen notables relaciones con culturas de más allá de los Océanos Atlantico y Pacífico.

Así tenemos un monolito de poco mas de cuatro metros de altura, una misteriosa gruta en un cerro que bien podría ser una monumental construcción, rumores de túmulos de piedra en la localidad de Concepción e inscripciones misteriosas en los cerros de la zona de Amambay. Hallamos curiosas similitudes del idioma guaraní con lenguajes semíticos y la repetición de los mitos del diluvio, los gigantes, la creación humana y entidades supranaturales.

EL CERRO DE SANTO TOMAS

A pocos kilómetros de la ciudad de Paraguari, en lo que se conoce como la cordillera del Ybytyruzu tenemos este cerro que no llega a los 500 metros de altura. Subiendo sus laderas uno encuentra la tradicional tierra roja de la zona casi repleta de cantos rodados de todos los tamaños, señal de que hace millones de años todo esto debió ser el fondo de un mar. No obstante, al llegar a una cierta altura las pareces se vuelven absolutamente verticales. Estas paredes son de piedra gris y compuestas por bloques perfectamente rectangulares que tendrán un tamaño aproximado de 4 x 6 metros. La forma del propio cerro vista desde arriba se torna desde este punto curiosamente geométrica. La base del cerro, a la que se accede por caminos en sus laderas, es totalmente plana por lo que es aprovechada por los clubes de aladeltistas.

En la base de esta estructura esta la afamada gruta de Santo Tomas. La gruta tiene poco menos de un metro cincuenta de altura, es perfectamente rectangular y se halla protegida por un pequeño mirador amurallado desde el que se puede contemplar a la perfección los alrededores. Esta gruta apenas se interna unos metros a las profundidades clel cerro pues un derrumbe de rocas la bloquea. No obstante, una vez en el interior podremos comprobar que el perfectamente rectangular orificio parece ser parte de una construcción hecha con gigantescos bloques de piedra. El suelo es de tierra negra. La cual no es propia de la región.

Todo el cerro, incluidas las paredes de piedra, esta cubierto de vegetación y en muchas de las paredes de roca pueden hallarse grietas hechas por las raices de las plantas. Algunas de estas raices aun están allí demostrando su autoría.


Es conocida la opinión de muchos paraguayos de que el cerro es en realidad una antigua y monumental construcción, pero ninguna fundación ha financiado investigaciones por lo que hasta el dia de hoy no existen argumentos para respaldar o negar esta idea.

Aun así, creo que es importante resaltar' que de ser una edificación, guardaría estrecha relación con otras existentes en Sudamérica. La primera que puedo citar, es Chavin de Huantar en el Perú. Nadie sabe quien construyo Chavin, pero nos consta que es muy anterior al imperio inca y que guarda semejanzas estrechas con la ciudad de Tihuanaco y ruinas repartidas en la isla de pascua e islas polinesias. El grabado de una especie de portal en Chavin es casi igual a los hombres pájaros en la puerta del Sol de Tihuanaco y estos a su vez se hallan reproducidos en la isla de pascua y en los gravados que encontró el arqueólogo Thor Heyerhald en la preincaica ciudad de Tulum.

Chavin de Huantar es también una cueva. Una cueva de complicado y artificial diseño repleta de motivos artísticos e ingeníeriles como un muy elaborado sistema de irrigación interna. Se cree que era un centro ceremonial donde iniciados que rendían culto al hombre jaguar, al dios pájaro o a la serpiente-pájaro (todas son utopías nacidas de los motivos decorativos) pasaban a un grado de conocimiento mas elevado.

Si el cerro de Santo Tomas esta hecho de bloques gigantescos, también hallaremos esto en la misteriosa y nunca demasiado investigada ciudad acuática de Nan Madol, frente a la Isla de Ponape, en la Polinesia.

Pero he citado ha Nan Madol mas que nada para establecer una semejanza mas entre las probables ruinas paraguayas y la polinesia. Esta semejanza que me gustaría citar es el probable alfabeto.

En la Isla de Pascua se han hallado tablillas de madera parecidas conteniendo inscripciones que hasta el día de hoy nadie ha sido capaz de descifrar. Estas inscripciones tienen algún parecido con las halladas en Mohenho Daro, ciudad india muy anterior a las invasiones arias y es también semejante al tipo de escritura que podemos hallar cubriendo las paredes de un monolito llamado en Paraguay Ita Letrero.

Este monolito se encuentra a unos 30 kilómetros de la población de Villarrica, no muy lejos de Paraguari y el cerro de Santo Tomas. Mide poco mas de cuatro metros de altura, es un prisma rectangular perfecto y se halla completamente rodeado de vegetación. Se hallaba cubierto de inscripciones desde su base hasta la cúspide, lastimosamente la barbarie de los turistas y el nulo interés de las autoridades han logrado que curiosos armados de cincel y martillo se lleven como souvenir los dibujos de los dos primeros metros.

Por supuesto. Nadie tiene la menor idea acerca de quien erigió este monolito.


EL CERRO DE SAN RAFAEL.

El cerro de San Rafael esta en el Departamento de Itapua, es el mas alto del país y llega a sobrepasar los 800 metros. En su cúspide se pueden observar lo que según los indios de la época colonial, son las huellas de San Rafael. Efectivamente, en una especie de altar natural de piedra, pueden observarse hundidas en la roca y ennegrecidas, las huellas de un hombre.

La leyenda es que San Rafael huyendo de los indios Payagues (enemigos de los guaraníes), huyo hasta esta cima. Al momento de llegar allí, y ante la cercanía inminente de sus perseguidores, Dios provoco una monstruosa explosión de fuego y se llevo a Santo Tomas al cielo.

No nos extrañe nada que esta leyenda fuese muy anterior a la llegada de los españoles y los indios la hayan cristianizado para quedar bien con sus invasores. Lo que si puede ya extrañarnos es que mitos de hombres que van al cielo en medio de una explosión de fuego desde la cima de los montes los hallaremos en muchas culturas aborígenes y que marcas de pies y manos hechas en la durísima roca abundan en las ruinas incas, como si estos poseyeran algún secreto que permitiera ablandarlas y volverlas maleables.


LAS INSCRIPCIONES DEL CERRO CERRO CORA

En la cordillera del Amambay, en el Departamento del mismo nombre,

hallamos Cerro Cora, cubierto en todas sus laderas y en el interior de su cueva con signos que alguien ha dicho son inscripciones vikingas. Lo único que puedo afirmar sin temor a equivocarme es que las inscripciones que he visto no se parecen a las que dejaron los vikingos por toda Europa, y que si bien es sabido que los vikingos visitaron América hicieron esto en Groenlandia, en la otra punta del continente. Paraguay ni

siquiera tiene costa al mar y en el año mil, que fue la época que los vikingos estuvieron

por estos lados del mundo, llegar hasta aquí requería atravesar terribles selvas que

quinientos años después bastarían por si solas para barrer con expediciones enteras de

conquistadores europeos.

No digo que los vikingos no hallan llegado hasta aquí o que se ha mentido sobre el origen de las inscripciones, pero si digo que seria razonable estudiar seriamente la posibilidad de que ese origen este en otro lado.

YAGUARON

Para los guaraníes el Yaguaron era un monstruo terrible que vivía en las profundidades de las aguas, una especie de monstruo de Loch Ness de aquellos tiempos, solo que mucho mas perjudicial pues se alimentaba de la carne de los pobres indios. El exorcismo de los sacerdotes lo alejo para siempre y aun hoy en el pueblo de Yaguaron se conmemora este suceso en los gravados de la iglesia local.

Pegado al pueblo existe un monte bajo y alargado de sima plana. Lo notable de esta cumbre es que se encuentra rodeada por una muralla extensa ya derrumbada en gran parte. Esta muralla parece estar hecha toda ella de una sola roca.

Nadie se ha preguntado si esto es natural o artificial, pero les aseguro que existen estructuras idénticas en Escocia. Son fortalezas que utilizaron los pictos antes de la llegada de romanos y germanos. No sabemos si los pictos las construyeron o las heredaron, pero si sabemos que ignoramos absolutamente como generaban tanto calor como para fundir las rocas de las murallas de modo que parezcan un solo bloque.

LOS MITOS DE LOS GUARANÍES

Los guaraníes y el mismo Paraguay llaman poderosamente la atención de quien ha conocido al pueblo llano en la India. La gente es físicamente idéntica, el trato de las personas es terriblemente semejante, en ambos países abundan el mango y la mandioca. No es mentira afirmar que los paisajes son idénticos.

Pero esto es solo una curiosidad, porque los guaraníes no son la única raza que puebla estos lares aunque si la mas extendida, ellos y sus primos los tupies se reparten por territorios de la sierra boliviana, el norte argentino y Brasil entero hasta Vene/uela.

Además de los guaraníes tenemos a los extraños Guayaquies, de piel completamente blanca e indiscutibles rasgos asiáticos. Tenemos a los Maka, pequeños y corpulentos, a los manguruyuses de elevada estatura y los ayoreos, completamente diferentes a los demás en todo, desde el físico hasta el lenguaje y la cultura.

Los guaraníes se mezclaron con los españoles desde su llegada. Era indios sumamente mansos y según se ha escrito, sus mujeres eran realmente hermosas. Claro que para un explorador que paso casi un año en un barco y dos en la selva cualquier mujer ha de ser una diosa, pero no se puede negar que las paraguayas hasta el día de hoy guardan rasgos que harían caer de envidia a las mujeres de otros lugares.

A pesar de la vida en la selva los guaraníes no eran animistas. Su magia se basaba en las propiedades de las plantas y creían en un Dios Único y Todopoderoso. Los españoles los evangelizaron casi al instante. Pensaban que Dios modelo al primer hombre y a la primera mujer de Barro, que había habido un diluvio universal del que los hermanos Tupi y Guaraní se salvaron subiendo a una palmera y que en la antigüedad el mundo estuvo poblado por gigantes, de los cuales aun muchos vivían en ciudades subterráneas cuyas entradas se hallaban en los cerros mas altos.

También creían en otros seres, pequeños y peludos, que vivían en las profundidades de la tierra y que provocaban extrañas luces por las noches. Quiero hacer notar que esto mismo pensaban los papuas australianos y que muchos de los que ven seres extraterrestres los describen así, pequeños y peludos.

Interminables túneles que conducen a las profundidades de la tierra los hay por toda América. Los Incas conocían cientos y en ellos escondían sus tesoros. Erik Von Daniken exploro uno para escribir su libro "El oro de los Dioses". No podemos asegurar que sean los incas quienes los cavaron como tampoco podemos afirmar que hayan sido los aztecas y mayas quienes cavaron los interminables túneles regados por todo Méjico, los cuales muchos se internan al océano y otros pasan por bajo los templos.

Los pieles rojas también hablan de túneles y de la raza de hombres que huyo por ellos para construir un nuevo mundo subterráneo. Quienes se acercan a las cuevas del desierto de mojave podrán escuchar en ciertos días lo mismo que se percibe en las cuevas australianas y asusto tanto a H.P. Lovecraít que lo incluyo en su relato "En la Noche de los Tiempos", el ruido de maquinaría trabajando.

CONCLUSIÓN.

Este artículo consta de muy poco espacio para ser un estudio real. Su único objetivo es llamar la atención porque así como toda la historia antigua de la humanidad se halla repleta de misterios, así sucede también en Paraguay y no podemos despreciar la idea de que un hallazgo hecho aquí nos aclare cosas acaecidas al otro lado de los mares o incluso que puedan pasar hoy. Jamás dudemos que los sucesos del presente son la consecuencia de los hechos del pasado.


Jorge Adrián Von Jorschehagen